te parece, buena señal. lo único: tal hombretón entubado y como derrotado después de alguna batalla que tú nunca llegaste a presenciar. abandonado a un sueño que se quiere soñar reparador. el sueño terapéutico de un guerrero al que le cambiaron muñequeras y cota por extraños entubados de última generación, goteros transparentes y vías de acceso con pequeños grifos multicolor. aferrado a un teléfono móvil allí donde tuvo que haber una espada corta y tan afilada como gruesa...
porque ya te enterarás de que es noruego, no quiere televisión (más puntos en su carnet vikingo) y le tienen que cambiar la válvula aorta y un palmo de su correspondiente vena. fue duro el combate ¿eh, compañero?, el otro tuvo que quedar para el arrastre.
ya verás que vienen a cuidarle dos vikingas, una por la mañana y otra por la tarde, parecen hermanas. tiempos que le sacan de su silenciosa terapia y despilfarran en largas e hilarantes conversaciones que por supuesto tú no entenderás porque las despachan en vikingo, pero no importa, la risa es leguaje universal, anima a todos por igual.
como todas las hermanas, y ya cállate porque tú nunca tuviste hermanas, una es queda y discreta y la otra un bullir y un gesticular y un ordenar y todos los posibles revolveres con que acorralar y apretarles los botones esas batas blancas de horchata tibia y sonrisas translúcidas. pero con las dos hermosas rubias tu compañero de viaje habla y habla y habla y se ríe y se ríe... y las dos visten parecido paño blanco y usan aquellas sandalias finas de dedo, casi inexistentes, increíbles que se mantengan sobre y bajo sus hermosos pies bien alimentados de blanco trigo y moreno centeno.
luego, cuando ellas se van, el nórdico vuelve a sumergirse en su morfeica terapia de guerrero nómada herido.
sí, al menos en esto tuviste suerte. no en todo lo demás, empezando por tu equipo médico habitual, un grupo de la primera comunión que te regala 10 minutos diarios hasta robarte 10 largos días de inexplicadas esperas y exasperantes aplazamientos de lo poco que tienen que hacer contigo.
y aún no sabes la que te espera, el turbulento piélago de dudas y corrientes sin merced ni brújula hasta más allá de todos los horizontes no deseados.
en silencio le deseas a tu esforzado acompañante que pueda él librarse de tanta confusión y dislate cuando vuestras naves zarpen hacia rutas distintas de la que os ha mantenido en solidaria singladura éstos últimos días.
en agradecimiento, sus mujeres se prestan a cubrir tareas de mensajero en tus afanes por mantener tu reino al tanto de cada avatar que aquí te encarece y encara. su éxito salva a tus territorios de la confusión y tú te sientes henchido de gratitud hacia tan noble pueblo y espléndidas hembras.
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