viernes, 11 de diciembre de 2009

prefacio retardado




1er. fusilamiento (Montaigne, Ensayos)

A
L LECTOR:

Es éste un libro de buena fe, lector.
De entrada te advierte que con él no me he propuesto otro fin que el doméstico y privado. En él no he tenido en cuenta ni el servicio a ti, ni mi gloria. No son capaces mis fuerzas de tales designios. Lo he dedicado al particular solaz de parientes y amigos: a fin de que, una vez me hayan perdido (lo que muy pronto les sucederá), puedan hallar en él algunos rasgos de mi condición y humor, y así alimenten, más completo y vivo, el conocimiento que han tenido de mi persona. Si lo hubiera escrito para conseguir el favor del mundo, habríame engalanado mejor y y mostraríame en actitud estudiada. Quiero que en él me vean con maneras sencillas, naturales y ordinarias, sin disimulo ni artificio: pues píntome a mí mismo. Aquí podrán leerse mis defectos crudamente y mi forma de ser innata, en la medida en que el respeto público me lo ha permitido. Que si yo hubiera estado en esas naciones de las que se dice viven todavía en la dulce libertad de las primeras leyes de la naturaleza, te aseguro que me habría pintado por entero, y desnudo. Así, lector, yo mismo soy la materia de mi libro: no hay razón para que ocupes tu ocio en tema tan frívolo y vano. Adiós pues; de Montaigne, a uno de marzo de mil quinientos ochenta.


A LA GENTE:

Gente, esto se escribe en confianza y sin segundas.
Para empezar que os quede claro que con hacerlo no me salgo de lo que pasa en mi casa. No trato de contaros nada nuevo, ni batallitas; me importáis lo que yo me importo y no busco mayores cortesías ni sentidos. Es para que lo disfruten, si pueden, si lo consigo, aquéllos que estimo y aprecio: para que cuando me quite de en medio (que no falta ya nada), les queden a mano más cosas de lo que he sido y vivido, y así les puedan servir de algo más los tiempos que hemos compartido. Que si me hubiera puesto a esto para darme pisto y que se me tuviera más en cuenta, lo mismo me hubiera hecho el articulito, que para eso sé vender. Pero lo que quiero es que se me vea tal cual, sin el maquillaje que nunca usé: es un autorretrato y punto. Por eso se me va a ver en crudo, aunque se le conceda algo al respeto que mantengo a mi peña. Siempre reclamé espontaneidades y franquezas que sólo he conocido en ese espacio feliz de los animales, y si en él tuviéramos la suerte de estar, más en crudo aún me habríais de ver. Oséase, que sólo mi menda lerenda es lo que viene a continuación, con lo que no os esforcéis mucho ni os canséis, es probable que no merezca la pena.
Un abrazo; de Juan Durruti, a ocho de agosto de dos mil nueve.

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